Mi formación desde pequeña ha tendido por una perspectiva
humanista, con un gran espíritu de solidaridad y compasión hacia el resto de
los seres vivos.
Me licencié en psicología y continué mi formación con un
máster en clínica y salud, siendo mi sorpresa en el segundo año de realización
del mismo, que mi vocación tiende más a la vía social que a la psicología
clínica, no obstante cada paso en el camino sirve para el aprendizaje, y hay
que realizar actividades para comprender qué es lo que se te da bien o no.
He tenido la fortuna de ser tía desde los 10 años, lo que me
ha dado mucha experiencia a la hora del trato con niños. La vida me ha ido
obsequiando con ángeles a lo largo de mi existencia, cuidando niños de familias
que me necesitan, así como los bebés de una amiga con problemas, pasando a
ejercer prácticamente como madre de un bebé cuando tenía 20 años.
Después llegaron mis otros dos sobrinos, que gracias a la
cercanía física, he podido cuidar de ellos desde bien pequeños. Ellos son mis grandes
maestros, con ellos he aprendido que con gritos no se consigue nada, que
exigiendo no obtienes el aprendizaje, que sólo con amor se educa, que sólo el
amor hace grandes personas. Hoy por hoy, siguen enseñándome, los pobres son mis
conejillos de indias, en cada interactuación con ellos aprendo a mejorar cosas
en mí para poder educar a la población del futuro.
Este año sin embargo ha despertado algo en mí, he comenzado
a realizar voluntariado con adolescentes y con niños de 0 a 3, y he descubierto
que mi don es cuidar y proteger a los más inocentes, que la inocencia está en
mí, y ellos lo sienten. Cuando estamos juntos los bebés y yo se genera un clima
de paz y armonía que es inexplicable. Yo gano cada vez que estoy en presencia
de un ángel, me lleno de amor, de amor incondicional del auténtico, de esa
inocencia que brilla en su mirar, esas sonrisas que ningún adulto es capaz de
reproducir...
Soy madre, aunque no haya tenido a un ser creciendo dentro
de mí, siento ese instinto de protección y alianza con cada ser divino que
existe en este nuestro planeta, siento la conexión, y confío plenamente en mí,
sé que en mis manos ningún bebé está en peligro.
Por esta esencia que existe en mí, sumado a mis
conocimientos teóricos y prácticos no dudo en asegurar, que soy una gran
elección para aquellas madres que por pertenecer a este sistema insensible
deben separarse de sus tesoros. Conmigo ese dolor de separación que sufren
nuestros peques será calmado, y evolucionarán favorablemente a ser grandes
personas en un futuro no tan lejano, ya que la educación comienza desde el día
uno, y esa educación es sólo amor.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario