jueves, 21 de marzo de 2013

María Pita-Mamá de día en Valdemorillo


Biografía

Soy María Pita.


Mi formación desde pequeña ha tendido por una perspectiva humanista, con un gran espíritu de solidaridad y compasión hacia el resto de los seres vivos.


Me licencié en psicología y continué mi formación con un máster en clínica y salud, siendo mi sorpresa en el segundo año de realización del mismo, que mi vocación tiende más a la vía social que a la psicología clínica, no obstante cada paso en el camino sirve para el aprendizaje, y hay que realizar actividades para comprender qué es lo que se te da bien o no.


He tenido la fortuna de ser tía desde los 10 años, lo que me ha dado mucha experiencia a la hora del trato con niños. La vida me ha ido obsequiando con ángeles a lo largo de mi existencia, cuidando niños de familias que me necesitan, así como los bebés de una amiga con problemas, pasando a ejercer prácticamente como madre de un bebé cuando tenía 20 años.


Después llegaron mis otros dos sobrinos, que gracias a la cercanía física, he podido cuidar de ellos desde bien pequeños. Ellos son mis grandes maestros, con ellos he aprendido que con gritos no se consigue nada, que exigiendo no obtienes el aprendizaje, que sólo con amor se educa, que sólo el amor hace grandes personas. Hoy por hoy, siguen enseñándome, los pobres son mis conejillos de indias, en cada interactuación con ellos aprendo a mejorar cosas en mí para poder educar a la población del futuro.


Este año sin embargo ha despertado algo en mí, he comenzado a realizar voluntariado con adolescentes y con niños de 0 a 3, y he descubierto que mi don es cuidar y proteger a los más inocentes, que la inocencia está en mí, y ellos lo sienten. Cuando estamos juntos los bebés y yo se genera un clima de paz y armonía que es inexplicable. Yo gano cada vez que estoy en presencia de un ángel, me lleno de amor, de amor incondicional del auténtico, de esa inocencia que brilla en su mirar, esas sonrisas que ningún adulto es capaz de reproducir...


Soy madre, aunque no haya tenido a un ser creciendo dentro de mí, siento ese instinto de protección y alianza con cada ser divino que existe en este nuestro planeta, siento la conexión, y confío plenamente en mí, sé que en mis manos ningún bebé está en peligro.


Por esta esencia que existe en mí, sumado a mis conocimientos teóricos y prácticos no dudo en asegurar, que soy una gran elección para aquellas madres que por pertenecer a este sistema insensible deben separarse de sus tesoros. Conmigo ese dolor de separación que sufren nuestros peques será calmado, y evolucionarán favorablemente a ser grandes personas en un futuro no tan lejano, ya que la educación comienza desde el día uno, y esa educación es sólo amor.


Gracias.

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